Las locas fiestas en la Mansión Playboy
Homlby Hills es uno de los barrios más espectaculares y famosos de Los Ángeles. Un lugar en el que residen famosos, actores, músicos de renombre y todo tipo de celebridades, que parecen competir entre sí por tener la segunda casa más importante del barrio. Y decimos la segunda, porque es imposible quitarle el primer puesto a la mansión neogótica de la calle Charing Cross. Una casa impresionante con más de un siglo de antigüedad que desde hace décadas es lugar de peregrinación para todos los que desean ser alguien en esa ciudad. O lo era, al menos, cuando su dueño todavía vivía y se empeñaba en montar las fiestas más locas y salvajes. Aquel hombre era Hugh Hefner, el creador del imperio erótico más grande que existe, Playboy. Su mansión, comprada a principios de los 70 cuando decidió mudarse desde Chicago, se convirtió en el epicentro de la diversión en Los Ángeles.
La famosa mansión Playboy fue creciendo y haciéndose cada vez más y más importantes en las últimas décadas del siglo XX. Hefner no solo era el dueño de un imperio que generaba ingresos increíbles, sino también uno de los mejores anfitriones que cualquier pudiera desear. Desde que se mudó en 1971, su gran mansión sirvió como lugar de festejos para la gente cool de Los Ángeles. Sus fiestas eran inolvidables, y por supuesto, el sexo también estaba muy presente en ellas. Sin embargo, no ha sido hasta estos últimos años cuando hemos conocido los detalles de aquellas celebraciones, como si nadie se hubiera atrevido a hablar de ellas, al menos mientras Hefner vivía. Su fallecimiento, en 2017, provocó un aluvión de confesiones por parte de muchas chicas que habían estado participando en aquellas fiestas, y habían sufrido las consecuencias. Actores famosos, celebridades de todo tipo, se habían dado cita en la Mansión Playboy para pasar ratos inolvidables en los que el alcohol, el sexo y las drogas estaban a la orden del día. En 2016, cercana ya su muerte, Hefner se deshizo de la propiedad vendiéndola por 100 millones. Hoy está totalmente vandalizada y apenas muestra el esplendor que llegó a conseguir en sus años de gloria.